domingo, 8 de junio de 2014

Los valores

Los valores, un tema interesante, al cual se le puede sacar gran provecho trabajándolo con niños de preescolar y primaria los cuales tienen, por naturaleza o por inculcación, un gran cúmulo de valores, que la mayoría de los adultos vamos perdiendo o cambiando drásticamente, debido a diversos factores y a los constantes cambios políticos, religiosos, culturales y sociales que se han suscitado durante los siglos XX y XX1.
La ciencia, la tecnología y los medios de comunicación han transformado ideas, sentimientos, actitudes, comportamientos, leyes, derechos y obligaciones de centenares de seres humanos. Vivimos en un mundo en constante evolución donde, generalmente, impera la ley del más fuerte y astuto. La delincuencia, la violencia (en televisión, en los videojuegos, en la calle y hasta en el hogar), la drogadicción, la intolerancia, la corrupción, la guerra, son tumores que cada día van creciendo y se van apoderando ilimitadamente de los más débiles: los pobres, los analfabetas y, sobre todo, los niños. Esos niños que son el presente y el futuro de nuestro país y que viven en medio de tantos logros y adelantos, pero también entre tantas situaciones conflictivas.
Es hora de dotar a los más pequeños de las herramientas necesarias para lograr una mejora, sino en todo el mundo, cuando menos en el nucleó de las familias mexicanas. Dichas herramientas son esos valores universalmente compartidos que la sociedad, a lo largo de su historia, ha fomentado para regular la conducta de los seres humanos: la tolerancia, el respeto, la cooperación, la democracia, la responsabilidad, la honestidad, la lealtad, son valores que, si bien no han desaparecido, si han perdido su esencia e importancia.
La adquisición de estos valores se realiza en diversos ámbitos, como lo son: el grupo de amigos con el que se convive, la religión que se practica, la familia, la escuela, etc. Sin embargo, debido al acelerado ritmo de vida que tenemos en la actualidad, y por situaciones de trabajo, problemas económicos y familiares, entre otros, los padres y las madres no incluyen en la educación familiar la formación de actitudes y valores. Desgraciadamente la escuela tampoco toma el papel que le corresponde. Prácticamente, la escuela y la familia, no han asumido su responsabilidad, argumentando que este tipo de educación no les corresponde. Sin embargo debemos entender que la formación de valores no compete a uno en especial, sino a los dos en conjunto.
Si la escuela y la familia trabajan juntos, estos valores también serían fomentados al mismo tiempo en los padres y hasta en los mismos maestros, y esa calidad de vida iniciaría desde este momento, y no solo hablaríamos a los niños de valores con teoría y actividades, cuentos y narraciones, sino también con lo más importante: el ejemplo.

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